Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos” MIGUEL DE UNAMUNO
domingo, 28 de noviembre de 2010
Fragmento del discurso leido por Perez Galdos ante la Real Academia Española.

¿Puede la música cambiar el modo de actuar y pensar de las personas en un país?

El ombligo de los limbos (Antonin Artaud, L'ombilic des limbes)

Ventana sobre el amor
(Eduardo Galeano)
Sólo un cuerpo
Y yo no tengo lágrimas
Sólo besos
Y un puño alzado, erecto
Por el misterio, por la rabia
También memoria
De danzas
De alegrías
De locura
Oh amor
Te has silenciado
Si hubiese un cielo
Me sentiría feliz
Pero el cielo es una palabra
Un color, unas nubes
Y tú no estás allí...
Somos sólo un cuerpo, una carne, unos ojos
Y esa infinita capacidad de sentir
La paz del Señor y la paz de la Noche
No colman esta pena
¡Cuánto me gustaría bailar desnuda contigo
los Preludios de Chopin
y saltar
para dar gusto a la vida!
Ah, la locura y la muerte,
cómo avergüenzan
son grotescas.
(Hanni Ossot)

“Libro de los abrazos”
Adán y Eva eran los primeros seres humanos que de mi mano nacían, y reconozco que tenían ciertos defectos de estructura, armado y terminación. Ellos no estaban preparados para escuchar, ni para pensar. Y yo... bueno, quizá yo no estaba preparado para hablar. Antes de Adán y Eva, nunca había hablado con nadie. Yo había pronunciado bellas frases, como " Hágase la luz", pero siempre en soledad.
Así que aquella tarde, cuando me encontré con Adán y Eva a la hora de la brisa, no fui muy elocuente. Me faltaba práctica.
Lo primero que sentí fue asombro. Ellos acababan de robar la fruta del árbol prohibido, en el centro del Paraíso.
Adán había puesto cara de general que viene de entregar la espada y Eva miraba al suelo , como contando hormigas. Pero los dos estaban increíblemente jóvenes y bellos y radiantes.
Me sorprendieron. Yo los había hecho; pero yo no sabía que el barro podía ser luminoso.
Después, lo reconozco, sentí envidia. Como nadie puede darme órdenes, ignoro la dignidad de la desobediencia. Tampoco puedo conocer la osadía del amor, que exige dos. En homenaje al principio de autoridad, me aguanté las ganas de felicitarlos por haberse hecho súbitamente sabios en pasiones humanas.
Entonces, vinieron los equívocos. Ellos entendieron caída donde yo hablé de vuelo. Creyeron que un pecado merece castigo si es original. Dije que peca quien desama: entendieron que peca quien ama. Donde anuncié pradera de fiesta, entendieron valle de lágrimas. Dije que el dolor era la sal que deba gustito a la aventura humana: entendieron que yo los estaba condenando al otorgarles la gloria de ser mortales y loquitos. Entendieron todo al revés. Y se lo creyeron.
Ultimamente ando con problemas de insomnio. Desde hace algunos milenios, me cuesta dormir. Y dormir me gusta, me gusta mucho, porque cuando duermo sueño. Entonces me hago amante o amanta, me quemo en el fuego fugaz de los amores de paso, soy cómico de la legua, pescador de alta mar o gitana adivinadora de la suerte, del árbol prohibido devoro hasta las hojas y bebo y bailo hasta rodar por los suelos...
Cuando despierto, estoy solo. No tengo con quien jugar, porque los ángeles me toman tan en serio, ni tengo a quién desear. Estoy condenado a desearme a mi mismo. De estrella en estrella ando vagando, aburriéndome en el universo vacío. Me siento muy cansado, me siento muy solo. Yo estoy solo, yo soy solo, solo por toda la eternidad.
Eduardo Galeano.
luz

Angustia de tenerte
Mi voz impenitente te ha llamado
y mis pasos vacilantes te han buscado
por caminos donde nadie ha transitado.
¿Es que no existes? ¿Eres acaso imagen
formada en mi ilusión?
¿Fantasía o angustia de tenerte?
Te he buscado en las latitudes de mi mundo,
en los crecidos ríos donde lava
el arcoíris su bandera
en los laboratorios misteriosos de la selva
donde van las abejas encantadas
a beber sus hechizadas mieles.
En la verde sangre del racimo
donde pintan sus hojas las palmeras.
En los pozos escondidos
donde la bifurcada lengua de la sierpe
diluye sus venenos.
En la veta profunda del metal
donde los silos de la tierra
esconden sus diamantes.
En la grieta angustiada del barranco
donde el sediento cauce
está llorando por la ausente gota.
Yo sólo sé que estás dentro de mí,
desintegrando tu partícula en la mía.
Lilia Borjas
darklovers

Presagios - Salinas
sin mirarte a ti, en la imagen
exacta e inaccesible
que te traiciona el espejo!
«Bésame», dices. Te beso,
y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán
tus labios en el espejo.
«Toda el alma para ti»,
murmuras, pero en el pecho
siento un vacío que sólo
me lo llenará ese alma
que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.
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